Empresas automotrices tras combustible del futuro

General Motors está impulsando agresivamente el etanol, pues comercializa varios vehículos que funcionan con Flex Fuel E85, una mezcla de 85 por ciento de etanol y 15 por ciento de gasolina regular. En Estados Unidos la distribución del biocombustible aún es incipiente: de 170.000 estaciones de servicio, solo 1.000 ofrecen etanol.

El mes pasado, el presidente George Bush aprobó una ley que exige a las compañías petroleras mezclar 36 mil millones de galones de combustibles renovables en la gasolina de la nación para el año 2022.

Actualmente, se mezclan unos 7.000 millones de galones de etanol, casi todo de maíz. El objetivo es reducir el uso de gasolina en un 30 por ciento.
“Desde el punto de vista energético, confiar en que el maíz o la caña de azúcar suplantará nuestra dependencia del petróleo no tiene sentido”, indica Dave Cole, del Centro de Investigación Automotriz, en Estados Unidos, “Se necesita una tecnología que cambie las reglas del juego”.

La compañía que logre producir etanol de forma global y barata, podría lograr un revolucionario cambio. Sin embargo, actualmente ninguna automotriz apuesta a una sola tecnología, ni se piensa que a futuro una de éstas se imponga en el mundo. La gasolina del futuro será más de una. Si Brasil quiere seguir usando autos a etanol, porque le resulta más barato, las automotrices venderán ahí esos carros.

En Europa, probablemente se impondrán los autos eléctricos y con motores a hidrógeno, pues existe la capacidad económica para adquirirlos; Asia parece preferir los híbridos. Y en los mercados emergentes, al menos por algunas décadas más, la mezcla de combustible fósil con el bioetanol es una posibilidad.

Muchos especialistas del ramo evaluaron con escepticismo las propuestas. El Wall Street Journal recordó que en la última década los auto shows se usan para presentar tecnologías ecológicas que se olvidan cuando los precios de la gasolina bajan. El New York Times dijo que el show debería titularse “Dr. Jekill y el Sr. Híbrido”, pues las automotrices parecen tener doble personalidad: siguen produciendo potentes y consumidoras camionetas a gasolina y también autos ecológicos.

Sin embargo, los medios reconocen que este año, el escenario es distinto. Con el barril de petróleo bordeando los 100 dólares y nuevas regulaciones para disminuir el calentamiento global, los líderes de la industria automotriz parecen tomar seriamente el desafío verde

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